Escarlata, unificadora de reinos.

—Creo que olvidé mi terminal de pulsera en casa cuando me teletransporté anoche para ver a los niños. Esta es una nueva, ya puedes localizarme. Quería saludarte, pero tenía miedo. Puedo matar a veinte demonios con cinco golpes, pero no puedo enfrentarme a mi esposa. ¿Cuándo me convertí en tal cobarde? —dijo Esong.

El primer mes del año pasó bastante rápido y, por lo que todos sabían, Esong aún estaba fuera en su misión de exploración. Sólo Justin, Escarlata y los bebés conocían la verdad.

Lanta era la única forastera con este conocimiento, pero no lo compartió con nadie.

El intercambio de mensajes entre Escarlata y Esong creció. Se comunicaban más y más a menudo, y no pasaba un día sin noticias del otro.

Poco a poco, su actitud también cambió de oscura y deprimida a alegre y satisfecha.

—Los cobardes viven más tiempo, no les tengas odio —respondió Escarlata.