El único hombre

—¿Existe la posibilidad de una guerra? —preguntó Elliana, sorprendiendo al Rey Eros con sus palabras.

—¿A qué te refieres, cariño? —El Rey Eros, quien estuvo mirando el libro antiguo que Elliana había estado leyendo para aprender nuevos hechizos y modificarlos de acuerdo con sus poderes, se giró inmediatamente hacia la chica.

—Yo... —Elliana tomó una profunda inspiración antes de juntar sus labios en una línea fina, insegura de cómo expresar lo que tenía en mente.

El Rey Eros comprendió inmediatamente el dilema en la mente de su hija y cerró el libro antes de caminar hacia ella.

Tomó su mano mientras se sentaba en la silla de jefa al lado de la cama.

—Dime lo que es. No necesitas darme ningún tipo de explicación filtrada de lo que estás pensando. Di lo que piensas, cariño. Soy tu papá. Tendrás mi apoyo, pase lo que pase —dijo el Rey Eros.

Elliana tomó una profunda inspiración antes de apretar más la mano de su padre.