Acepta la realidad

—¿Qué hiciste? —Azura le preguntó a Elliana en cuanto llegaron a casa después de resolver las cosas en el reino de la bruja blanca.

Elliana no respondió a nadie y solo miró a su esposo como si él fuera el único cuya opinión le importaba.

—Azura —el Rey Eros negó con la cabeza.

Azura quería objetar, pero finalmente notó la expresión en el rostro de Elliana y se mordió la lengua, reteniendo sus palabras.

—¿Qué pasó? —Luscioso, que había estado esperando su llegada con Elliana, miró a su nieta, cuya expresión no era muy buena.

—Dos brujas murieron, mamá. Y no sabemos cuántas más morirán por las maquinaciones malvadas de tu hermana. Entiendo que una guerra es una gran decisión, pero al menos así podríamos terminar con esto de una vez por todas. ¿Crees que es aceptable que la gente siga muriendo una tras otra por el egoísmo de tu hermana? —Elliana preguntó y Azura frunció el ceño.

Sebastián miró a su esposa y sin esperar le tomó la mano con un agarre firme.