Empezando a recordar cosas

Era duro y doloroso. Sebastián intentó conectar sus recuerdos y proyectar la imagen de Elliana, que coincidía con la imagen de la chica de sus sueños, pero era doloroso. Cuanto más lo pensaba, más pesada sentía su cabeza, junto con el dolor insoportable.

—¡Ah! —gruñó Sebastián de dolor absoluto. La sangre le fluía de la nariz por la presión que soportaba.

Ella, que no esperaba ver este tipo de reacción de su hermano, inmediatamente se sintió preocupada.

—¿De qué estás hablando? Nada tiene sentido para mí. Pero, al mismo tiempo... —Sebastián tragó saliva.

Se apresuró a coger el diario que estaba leyendo y comenzó a releer las entradas a pesar del dolor de la imagen de Elliana en su mente.