—Deberíamos volver, Señorita Long —dijo Shen Tu a Long Ju. En su interior, sabía que Long Ju estaba luchando una batalla perdida. No había forma alguna de que Xie Li volviera con ellas. Lo que había sufrido era algo que Shen Tu había presenciado con sus propios ojos.
Solo alguien que hubiera abandonado toda su sabiduría volvería y viviría con su torturador.
Especialmente con alguien que les hubiera despojado de todo su orgullo.
—Lo sé —Long Ju apretó los puños mientras miraba la espalda de Xie Li. Juró en silencio que, cuando llegara el momento, traería a Xie Li de vuelta con ella, incluso si él abortara a su hijo, no lo culparía. Si eso significaba tener otra oportunidad con él, Long Ju estaba dispuesta a bajar la cabeza tanto como fuera necesario.
—Espérame, te haré enamorarte de mí de nuevo —Long Ju no creía que Xie Li pudiera amar a alguien más. Él la había amado durante tantos años, seguramente, ¿podría ella reavivar la llama perdida?