—¡Necesito un cuchillo! ¡Lo necesito ahora mismo!
—Cálmate, no necesitas sacar un cuchillo.
—¡Arghhh! ¡Voy a cortarlo! ¡Sal de aquí!
Mo Qiang gritó cuando sintió al pervertido frotarse contra su muslo. Quería escapar pero por alguna razón, ¡el agarre de Liao Hai en su pierna era demasiado fuerte! ¿De dónde sacó esta fuerza?!
—Está bien, señorita Mo... cálmate un poco —dijo la oficial de policía que estaba a cargo del caso a Mo Qiang. Miró al tritón que sostenía a Mo Qiang por el muslo y comentó —Habrá problemas si intentas hacer tal truco. Los tritones están protegidos por la ley, como ya sabes. Si amenazas a un tritón, él tiene derecho a demandarte.
—¿Qué quieres decir con eso? —Mo Qiang preguntó con exasperación goteando de su voz. Señaló al tritón que le estaba pidiendo que lo pisara una y otra vez con una mirada aturdida en su cara y cuestionó —¿No ves que me está molestando? ¿Y mis derechos!? ¡Me siento muy insegura aquí Gahhh!