Detenido

—¿Qué fue eso? —preguntó la mujer en el asiento del conductor. Había enviado este coche a servicio hace unos días y estaba segura de que el ruido fuerte no provenía del coche.

Las otras tres mujeres negaron con la cabeza, tampoco tenían idea ya que no fueron ellas las que hicieron ni un solo sonido y los tritones que habían secuestrado también estaban inconscientes, no podrían haber hecho un ruido mucho menos tan fuerte como el que acababan de escuchar.

—Tú... ¿qué estás haciendo? ¿No sabes que es ilegal secuestrar? —Una voz les llamó desde la izquierda, haciendo que las cuatro mujeres se giraran y miraran hacia la fuente de la voz. Era una mujer y no cualquier mujer—— ¡era una bruja!

Con cabello azul oscuro que caía sobre su rostro mientras miraba hacia abajo desde el techo, ojos azules siniestros y una sonrisa que parecía la del diablo. Su rostro era más cruel que el del villano de grado C que vieron en la película la noche anterior.