Y Mo Qiang se tomó esas palabras a pecho. Aunque se arrepintió de haber detenido a su madre en el centro comercial ese día, tenía que estar de acuerdo con lo que su madre le dijo. Si quería ser amada y deseada, Mo Qiang tenía que convertirse en alguien que tuviera algún valor ligado a su nombre.
Ese principio en su cabeza no cambió cuando Mo Qiang llegó a este mundo tampoco. Podía ver que los puntos de favorabilidad de las personas a su alrededor solo aumentaban cuando ella hacía algo bueno o cuando Mo Qiang demostraba que les era útil. Si fallaba... ¿entonces quién se preocuparía por ella?
Se desvanecería en el fondo y se convertiría en alguien.
Mo Qiang no temía nada más que ser olvidada. No quería convertirse en una nadie, por eso tenía que seguir trabajando duro. Solo trabajando duro Mo Qiang podía ser amada, y esto era aún más cierto ahora. Porque ella no era tan hermosa como Mo Xifeng ni era fuerte.
Ella era solo —— alguien que existía en este mundo.