—Bien, ahora que nos hemos calmado. Pasemos a los asuntos importantes —dijo Mo Qiang mientras se sentaba en el sofá dentro de la sala de estar.
—No intentes actuar como si no hubieras intentado sofocarme con una almohada —Dai Lihua la miró fijamente y dijo.
—Ai yah, quizás eso te enseñe una lección —afirmó Mo Qiang con una sonrisa en su rostro—. Sus ojos miraron ferozmente a Dai Lihua mientras se burlaba—. Quizás en el futuro, pensarás dos veces antes de decir tonterías como las que acabas de decir. ¿Qué dijiste? ¿Que parezco esta bruja horrenda? —Mo Qiang señaló la pantalla donde una mujer con piel hinchada y arrugada junto con una nariz bulbosa y granos llenos de pus se burlaba de ellas.
Mo Qiang podía soportar cualquier comentario sobre su rostro, ¡pero demonios si la acusaban de tener granos llenos de pus en su piel! ¡Su piel era más suave que el cerebro de esta mujer llamada Dai Lihua!
¡Esta maldita idiota!