Otra tarea —— cargada.

Mo Qiang estaba molesta pero había alguien incluso más molesto que ella—. No era otro que Xie Jie, a pesar de que Sun Shi no les había contado acerca de los sentimientos de Sun Chuntao hacia Mo Qiang, Xie Jie era un tritón.

¿Cómo no podía captar algo tan sencillo? La mirada reticente y agraviada que Sun Chuntao le dio a Mo Qiang justo ahora era suficiente para que él supiera lo que el tritón escondía en su corazón.

¡Maldición! Si esto continuaba entonces tendría que cuidar a Qi Qi como el granjero que casi pierde a su gallina de los huevos de oro —Xie Jie maldijo interiormente—. Afortunadamente, no todos sabían sobre la identidad de Mo Qiang o de lo contrario él sería el que sufriría.

En el pasado, Xie Jie solía odiar la inutilidad de Mo Qiang —ahora que ella estaba mejorando, Xie Jie quería quejarse de sus raras habilidades y destrezas—. Estaba preocupado de que tarde o temprano tendría que ir a una guerra solo contra muchos tritones que querrían robarle a su esposa.