—Para que una Emperatriz haga tal aparición y más aún por el bien de un ingrediente —La Concubina Qi estaba tan avergonzada que quería rebelarse. Afortunadamente, la gente que vino a ver la competencia no conocía la verdad o si no, ¿dónde pondría la familia real su rostro?
—¿Era esto necesario? Podrías haber pedido a la Señorita Qiang que enviara algo, si no, podrías haber comprado con tu tarjeta de socia —murmuró la Concubina Qi entre dientes, sabiendo perfectamente que Fu Zhao podía oírlo.