—Bájame —espetó Wen Gui mientras sus brazos se enrollaban alrededor del cuello de Mo Yan. Lanzó una mirada feroz a la mujer que ya era madre de dos hijas, ambas en sus veintes, pero esta mujer aún tenía mucha pasión en su cuerpo.
—No te preocupes, no dejaré que te caigas —sonrió Mo Yan a su esposo que la miraba furioso antes de decir.
Mientras hablaba, Mo Yan comenzó a dirigirse hacia su habitación, lo que hizo que Wen Gui comenzara a agitarse.
—¿A quién le importa eso? Si no me sueltas ahora, no te lo dejaré pasar —dijo él.
—¿Cuándo te pedí que me dejaras ir? —rió Mo Yan mientras esperaba que se abriera la puerta de su habitación—. Quiero que te aferres a mí con fuerza.
—ㅅ´ ˘ ` —exclamó Wen Gui.
—(ง ͠ಥ_ಥ)ง —se lamentó Mo Xifeng que sostenía un vaso de jugo de naranja—. ¡Solo porque estaba soltera tenía que ver tales cosas!
Nadie tenía ni un gramo de consideración por ella.