El límite de ser mezquino

—Esto… Comandante Sun, no podemos hacer eso.

—No podemos hacer algo así, Comandante Sun.

Los guardias que estaban fuera de la celda de la prisión hablaron uno tras otro. Miraron temerosamente a Mo Qiang y esperaban que esta mujer no dijera nada más para no provocar aún más a Sun Ah Cy.

Sun Ah Cy era la comandante del ejército Imperial y ellos no eran nada comparados con ella, si dejaban que ella actuara según sus caprichos, serían ellos los que sufrirían ya que fueron quienes cometieron el error de dejar entrar a Sun Ah Cy en la prisión.

Con su posición, Sun Ah Cy podría escapar del lío pero ellos serían arrastrados a un desastre sin sentido ¡sin nadie a quien acudir! No estaban en una situación en la que pudieran permitir que esta mujer actuara como quisiera.