Vino de Rosa

—¿Qué? ¿Qué hice ahora? —Mo Qiang estaba impactada por la injusticia del mundo. Ella ni siquiera había dicho nada. ¿Por qué la estaban regañando de nuevo?

—Acabo de decir que tú no vendrías a salvarme si me secuestraran. ¿Por qué no dijiste que "No, yo te salvaré"? ¿Quieres decir que no me salvarás si me secuestran? —Shao Hui apretó los dientes y cuestionó a Mo Qiang.

—Pero, ¿no te han secuestrado? —Mo Qiang repitió con el ceño fruncido. ¿Qué era esto? ¿Estaba jugando al juego de si yo y tu papá caemos al río, a quién salvarías primero?

—Oh, entonces quieres decir que si me secuestran, ¡entonces vendrás a salvarme! —Shao Hui preguntó con una expresión enfurecida, causando que Mo Qiang se confundiera aún más.

—Por supuesto. Si te secuestran, iré a salvarte.

—¿Entonces quieres decir que no vendrás a salvarme si no estoy secuestrado? —Shao Hui preguntó, perdiendo toda lógica en la conversación.