¿Quién y qué debería ser?

—Dragón es Dragón por una razón. Te quemará de la misma manera que quemó vivos a todos tus seres queridos.

Las palabras de Cielo resonaban en la mente de Primo como un disco rayado. Después de expresar una ráfaga de sentimientos, Primo procesaba la información mientras saciaba su hambre con comida de varios días. Ella insinuó sutilmente que renunciara a su vida, prometiéndole un fugaz sabor de libertad fuera de la prisión.

—Caray. —Primo se sentó en la litera inferior, con la espalda contra la pared sucia, las piernas cruzadas—. Jaja.

Sacudiendo la cabeza, reflexionaba sobre la proposición de Cielo. En pocas palabras, ella le pedía que se sacrificara por ella. Aunque estaría fuera de la prisión, la duración de su libertad permanecía incierta si provocaba directamente a Dragón.