La vida es corta

—¡No me toques, hombre! —Tigre siseó, retirando la cabeza de Gray. La irritación centelleó en sus ojos naturalmente finos y perezosos, mientras Gray fruncía el ceño.

—¿Cuál es tu problema? —Gray respondió con un dejo de molestia—. Solo digo que tienes algo en el cabello.

—Lo sé, ¡pero no lo toques! —Tigre chasqueó la lengua, concentrándose en el espejo de mano en sus manos para arreglar su cabello—. ¿Tienes idea de cuánto tiempo me tomó peinarlo? Me llevó tanto tiempo que no tengo ganas de lavarme el cabello durante semanas.

Gray arrugó la cara mientras observaba a Tigre deslizarse hacia el otro lado del sofá. Estaban holgazaneando en la sala familiar ya que no había nada más que hacer en la mansión. Sebastián ya había salido para la escuela con Dominic, Oso y Princesa. Axel y Cielo se habían ido a la empresa a trabajar. Dado que Tigre estaba suspendido de acompañar a Dominic para concentrarse en sus propios asuntos, había quedado atrás con Gray para cuidar la residencia.