—Úsame. Ya acepté mi destino hace mucho tiempo, así que... no dudes en lanzarme en medio del fuego. Además, siempre me sentí como el personaje principal.
Todo el mundo miraba a Primo con una mirada distinta en sus ojos. Primo, por otro lado, mantenía su mirada fija en Cielo. Primo podría ser un mal perdedor contra ella, pero su pasado aún no era algo que se pudiera subestimar. Había durado tanto tiempo, no solo porque fuera malvado.
—Así es —susurró Cielo mientras apoyaba su mano en la cadera—. Ya me di cuenta de este dilema desde el principio. Sin embargo, mis morales chocan con mis objetivos ahora mismo. Por eso, quería escuchar los pensamientos de todos en caso de que me hicieran pensar en otra idea que sea mucho más efectiva.
—Pero lamentablemente... —Primo soltó una risita débil—. Solo te hizo darte cuenta de que no hay otro modo. Si lo hay, las posibilidades son menores, pero los riesgos son mayores.