Patético

—Casa de Huespedes.

—Ya perdí mucho desde el principio. No puedo perder a otro en esta vida.

—Si tú mueres, estaré tan muerto como tú. Así que, por favor... ¡no me quites eso!

—Escapemos de aquí y olvidémonos el uno al otro. Olvida todo y sigue adelante. No solo por ti, sino también por mí.

Leo levantó lentamente la cabeza, sentado en el comedor. Cuando Hera se fue, todo lo que pudo recordar fue cómo arrastraba los pies hacia la mesa y se sentaba allí. No se había dado cuenta de que había estado en ese asiento durante horas, si no fuera por la creciente oscuridad en la casa de huéspedes.

—Hera Cruel... —susurró, con la vista en el plato que ella dejó en la mesa—. ¿Alguien te ha dicho que ese nombre no te queda para nada?