—No estás luchando por ella, sino que simplemente intentas enmendar las cosas para sofocar tu culpa. Esto es para ti, no para ella ni para nadie más —siguió un largo silencio ya que ni Moose ni Carnero hablaron después de las observaciones del primero. Después de un rato, Carnero dejó escapar un largo suspiro mientras miraba hacia otro lado.
—Si eso es lo que crees, entonces no tengo nada más que decir —expresó Carnero en voz baja, fijando la vista en el lado de su ventana—. Ya crees lo que quieres creer. Ya se lo dije a Oso. No somos los únicos miembros de los Segadores. Tú mismo lo dijiste. Mucha de su gente ahora trabaja para Dragón. Mientras ella esté en su custodia, seguirán saltando al fuego por él.
—Lo que le pasó a Lobo y a Joker e incluso a Fig fue resultado de tu represalia —continuó—. Eso no tiene nada que ver conmigo. Al menos, yo no hice nada directamente. No que yo supiera.