No es tan aterrador como pensé que era.

Primo no sintió la necesidad de confrontar a Hera o a nadie más después de su descubrimiento. Todo el mundo estaba ocupado y nadie le debía una explicación. Así que, para despejar su cabeza y pensar por un rato, salió a dar un paseo. Con todo este ruido alrededor, nadie podría dormir.

—Pensé que la vida de Primo Rossi ya estaba jodida ya que todos siempre están despiertos —murmuró, pateando el pequeño guijarro en su camino—. Pero es peor que esta gente esté despierta sin ninguna droga en su sistema.

Unas líneas profundas aparecieron entre sus cejas, entrecerrando los ojos al ver a Deborah yendo hacia algún lugar con Cazador. Ladeó un poco la cabeza, arrastrando los pies para ver a dónde se dirigían los dos. Su primer pensamiento fue que esos dos podrían tener planes de pasar un tiempo privado juntos. Eran adultos, ambos solteros.

Sin embargo, cuando Primo se detuvo a varios metros de un pequeño bungalow dentro del recinto, levantó una ceja.