—¿Qué demonios? —Nyx se levantó en el momento en que vio a Shiro saltar al portal mientras Gaia se llevaba la mano a la cara.
—¡Mierda! Debería haber cerrado ese portal. ¿Por qué diablos entró esa chica loca allí? —Nyx dijo mientras tenía una cara de incredulidad.
—Porque estaba luchando contra el gigante. Creo que pensó que el portal era una especie de pista. Si estuviera en su lugar, tampoco esperaría que condujera a tu prisión más dura —Gaia suspiró.
—Sí, pero ¿quién salta a un portal sin saber nada al respecto?
—¿Ella? —Gaia señaló a Shiro mientras Nyx permanecía en silencio.
—... Debería haber tenido eso en cuenta cuando convoqué al gigante —Nyx se desplomó mientras daba unos golpecitos en la mesa.
—Cuanto más tiempo se quede allí, más difícil será que salga. Una vez que la prisión ha dejado su marca en ella, quedará atrapada allí para siempre —Nyx frunció el ceño.
—¿No puedes simplemente darle la llave o algo así? —preguntó Gaia.