—Espera, ¿solo eres rango 72? ¿Pensé que el demonio rango 72 ya había muerto? —preguntó Imari incrédula mientras intentaba levantarse pero fallaba debido a sus heridas.
—Oh, sí murieron. Soy la nueva. —Madison se encogió de hombros mientras Silvia se acercaba y curaba a Imari.
Al oír que mencionaba tan casualmente que ella era la nueva, Imari se quedó sin palabras ya que nunca había visto un candidato tan despreocupado.
Cada uno de los candidatos estaría en guardia con los demás y no tendrían buena relación a menos que estuvieran en una alianza.
Esta era la primera vez que un candidato ayudaba activamente a salvar a los soldados enemigos e incluso ofrecía curar a la candidata reina.
Aprietando los dientes por la vergüenza que sentía, Imari se levantó y miró a Madison.
—¿Qué clase de demonios son ustedes? La mayoría simplemente nos mataría ya que pueden conseguir seguidores si demuestran su poder. No hay necesidad de mantener vivos a los enemigos. —Imari frunció el ceño.