Caminando de vuelta, Shiro estiró su cuerpo.
—¿Por qué dejaste a esa otra candidata? —preguntó Nimue con curiosidad, pensando que Shiro habría terminado el trabajo.
—No había necesidad de matarla. Si acaso, es más beneficioso dejarla en paz para que cuando la veamos de nuevo, el grupo pueda obtener algo de EXP de su muerte. Si no fuera porque el controlador me molestó, no habría actuado personalmente —Shiro se encogió de hombros.
—Cierto. Te enfadó mucho, ¿eh? La perseguiste de la región central hasta el norte para matarla —Nimue se rió.
—Mn, de todos modos, las chicas ya deberían haber vuelto al grupo. Espero que mi pequeño acto no las haya asustado demasiado. Si deciden rendirse, sería bastante molesto ya que son como bolsas andantes de EXP —Shiro respondió mientras Nimue se reía.