Alrededor del campamento ahora abandonado con los otros cuatro, me di cuenta de que todos eran los que habían expresado sus pensamientos sobre continuar el viaje.
—¡¿Qué demonios?! ¿Realmente nos abandonaron con nada más que un monstruo? ¡Ni siquiera hay raciones o un cambio de ropa! —Gordon, uno de los exploradores que planeaba unirse a mí, gritó frustrado y agarró un viejo tronco y lo estrelló contra el suelo. Tenía el cabello castaño corto y ojos marrones, su ropa estaba hecha jirones y el equipo que había dejado fue robado.
Mirando en sus ojos, pude ver que estaba realmente enojado por la situación ya que ni siquiera había pasado un día completo y aun así nos habían dejado sin nada.
—¿Qué hacemos ahora entonces? Ya tenemos hambre debido a la falta de raciones —Cadmi llamó con un suspiro.