El Escudo de Aria

—Mn… —Gimiendo suavemente, Shiro abrió los ojos pero no vio nada.

—Ah cierto, ahora estoy ciega… —Suspiró en su mente.

Activando las cámaras, volvió a envolver su cuerpo con alambre antes de sentarse.

Al darse cuenta de que estaba de vuelta en su propia habitación, Shiro miró a su lado y vio a Lisandra sentada allí con una cara difícil. Sin embargo, a pesar de eso, sus alas parecían haber perdido la oscuridad que estaba avanzando alrededor de los bordes la última vez que las vio.

—Parece que ella está bien. —Shiro sonrió mientras se levantaba con dificultad. Justo cuando caminaba hacia la puerta, se sorprendió al ver a Lírica llegar aquí con Aarim y Silvia siguiéndola con caras ansiosas.

—¡Shiro! —Lírica exclamó sorprendida ya que no esperaba que Shiro despertara tan pronto.

—Sup. ¿Por qué tres vienen apuradas? —Preguntó Shiro con curiosidad mientras Lírica se detenía un momento, confundida.

—¿Has visto a Lisandra? —Lírica preguntó sorprendida.