—¿Eh, es para mí? —Feng Yue se sorprendió.
Yu Qi se dio cuenta de que a Feng Yue podría no gustarle este tipo de joyería ya que era barata.
—Lo siento. Debes tener muchas cosas como esta. Probablemente mucho mejores que esta —dijo Yu Qi. Consideró retractar su mano.
Sin embargo, Feng Yue arrebató el colgante de la mano de Yu Qi.
—Yu Qi, ¿cómo te atreves a querer recuperar algo que querías darme? —Feng Yue reprendió a Yu Qi.
—¿Lo aceptas? —preguntó Yu Qi.
—Es de mi mejor amiga. Claro que lo aceptaré —Feng Yue sonrió.
—Espero que te proteja en mi lugar —Yu Qi observó a Feng Yue, quien se veía feliz con el regalo.
—¿Estás segura de que quieres dárselo, maestra? —Bo Ya preguntó.
—Hmm... Si el colgante es como has dicho, puede proteger a Yue del peligro. Es más útil que simplemente devolverlo y colocarlo de nuevo en el espacio —Yu Qi respondió.
—Como quieras, Maestra. Es tuyo —Bo Ya sonrió.
...