—Han Chu Xiao trajo las bebidas para Yu Qi y el Abuelo Tang. Se sobresaltó al escuchar la conversación sobre Pei Xian. —Puso la bebida sobre la mesa frente a Yu Qi.
—En realidad, la razón por la que Pei Xian estaba aquí era por ella. Pei Xian en realidad venía de un pueblo vecino. Como había dicho el Abuelo Tang, debido al negocio de Yu Qi, muchas personas venían a Pueblo Shiwa en busca de trabajo. Pei Xian era una de ellas.
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—Han Chu Xiao iba camino a casa después de conseguir las hierbas que el Abuelo Tang pidió en el invernadero de la Joven Señorita. Solía obtener las hierbas de allí bajo la orden del Abuelo Tang. Los empleados de allí ya la conocían como la gente de su jefe.
—Mientras caminaba, de repente tres hombres en motocicletas se detuvieron frente a su camino. Frunció el ceño al mirar al grupo de hombres que bajaron de sus motocicletas.
—Hola, chica... ¿A dónde quieres ir? Podemos escoltarte. —Uno de los tres hombres le dijo a Han Chu Xiao.