Feng Yue sonrió con suficiencia. —¿Aceptarla como mi madre? Jamás. Ni siquiera en mi tumba. Miró a Feng Cho Kang de manera hostil.
Feng Cho Kang se sorprendió. Quería acercarse a esta niña. Pero, cuando él quería, esta niña lo miraba con hostilidad. Si no era hostil, era con el ceño fruncido.
—Yue, tu madre ya ha muerto. Necesito a alguien que cuide de nuestra familia —Feng Cho Kang intentó razonar con Feng Yue.
—Oh, entonces, ¿por qué nació con la misma edad que yo? —Feng Yue se burló—. Nunca los aceptaré.
—Tú!!! Tú!!! ¿Quieres que asista a tu día de graduación? —Feng Cho Kang se enojó de nuevo.
Feng Yue se mordía los labios. Si fuera un padre normal, estaría feliz de asistir al día de graduación de su hija. Pero su padre... Sabía que no debería tener ninguna expectativa.
—No es necesario. No tienes que venir. Deberías darle toda tu atención a tu hija allá ya que es tan estúpida. No malgastes dinero si no quiere estudiar. Estúpida —dijo Feng Yue.