Una Broma del Destino (Cap.606)

—¡Rápido! ¡Pongan las barras! —gritó una fornida tabernera mientras se lanzaba dentro de una pequeña taberna, jadeando pesadamente.

Un canasto de verduras estaba fuertemente apretado contra su pecho y una mirada ansiosa destellaba a través de sus ojos.

Había dos empleados ya preparados y en el momento en que ella dio la orden, se apresuraron a buscar un gran madero que llevaron hasta la puerta.

Justo cuando estaban a punto de asegurar la puerta con la barra, una mano impidió que la puerta se cerrara por completo.

Los ojos de los dos trabajadores se abrieron de horror y toda la taberna cayó en silencio.

—Un momento —dijo una voz baja, empujando la puerta de nuevo.

La vieja puerta de madera produjo un sonido desvencijado como si fuera a caerse de sus bisagras cualquier día de estos.

Un suspiro de alivio se escuchó de uno de los empleados mientras un hombre entraba, vestido con túnicas negras y una capucha.