Neveah se apresuró a través de la cadena montañosa, su mirada entrecerrada mientras tomaba una ruta diferente de la que había venido.
Los relámpagos todavía rasgaban el cielo a intervalos, y Neveah sabía que la batalla entre Imagor y el hechicero aún estaba en curso, no podía llevar a Zephyroth hacia el peligro.
Zephyroth se revolvía inquieto en los brazos de Neveah y ella de alguna manera podía entender su inquietud aunque él aún no hablara ni diera ninguna inclinación de que pudiera.
Se dirigían lejos de donde estaba Imagor y Neveah suponía que el niño podía notarlo, de alguna manera.
—Tu padre está despejando el camino mientras hablamos, sé que quieres ir con él pero solo lo obstaculizaríamos. Hay una barrera alrededor de la montaña, tampoco podemos salir por nuestra cuenta.