—Descansa tranquila, hemos hecho todo lo posible por nuestra parte —la voz de Xenon en la mente de Neveah la sacó de su ensoñación—. Puedo escuchar tus pensamientos, mi amor. Tan fuertes y preocupantes... ahora debes confiar en Jian y esperar su regreso.
—Perdóname. No sentí tu presencia en mi mente —Neveah entrecerró los ojos ligeramente, el gélido viento nocturno azotaba su rostro, dejando tras de sí un frío casi doloroso. El aire a esta altura y a la velocidad de vuelo actual era tenue y Xenon, pareciendo notar la incomodidad de Neveah, redujo la velocidad de su vuelo.