Rómpelo (Cap.739)

Diandre se sentó en la sala real, las cejas levemente fruncidas, la expresión sumida en sus pensamientos. Las espinas del trono real de los Fae se le clavaban en la piel y un flujo constante de sangre goteaba al suelo, sumándose al charco que crecía rápidamente.

Cada gota de sangre que golpeaba el suelo resonaba por la sala en silencio, un recordatorio de que ese trono solo podía pertenecer a la Alta Reina... y aunque había sacrificado toda su vida para ser digna de él, de la línea de sangre a la que había nacido, incluso en ese preciso momento, todavía era considerada indigna.

La esperanza que había buscado toda su vida había llegado, finalmente uno de su linaje era digno, las cadenas de la maldición podrían romperse al fin, sin embargo, Diandre no sentía alivio... en cambio, su corazón se comprimía de dolor con cada respiración, cada aliento que le recordaba que la redención había pasado de largo en su generación.