La entrevista terminó en un punto alto, con el público aplaudiendo y vitoreando.
La señora Zhang sonrió cálidamente a Sheng Yin y a Yu Shuchang.
—Bueno, eso es todo el tiempo que tenemos por hoy. Gracias, Yu Shuchang, por compartir tu emocionante nuevo álbum con nosotros —dijo.— Y Sheng Yin, nos has impresionado a todos, no solo con tu gracia y talento, sino con tu inteligencia. Realmente eres un modelo a seguir.
Sheng Yin inclinó levemente la cabeza, su sonrisa tranquila y compuesta.
—Gracias, señora Zhang. Ha sido un honor estar aquí —respondió.
Mientras el programa concluía, el personal y el equipo se movían con rapidez, despejando el escenario.
Sheng Yin se deslizó discretamente, dirigiéndose a su caravana de maquillaje para descansar algo muy necesario.
Dentro de la acogedora caravana, se sentó en el cómodo sofá y se reclinó hacia atrás, cerrando los ojos brevemente.
El asistente, Susan, irrumpió un momento después, con el rostro iluminado de emoción.