—Advertencia: Capítulo R-16 más, por favor saltar si te sientes incómodo.
Sheng Yin estaba sola en el pequeño camerino, su frustración aumentando mientras intentaba, sin éxito, alcanzar el alivio que tan desesperadamente necesitaba.
Había estado tan cerca, tan cerca, pero no importaba lo que hiciera, simplemente no era suficiente.
Sus dedos se movían contra su clítoris, su respiración superficial e irregular, pero el placer parecía eludirla, deslizándose entre sus dedos como agua.
«¿Por qué no puedo...?», pensó, su frustración desbordándose mientras las lágrimas picaban en las esquinas de sus ojos. Estaba tan cansada, tan exhausta, y todo lo que quería era sentir esa explosión de alivio, ese momento de liberación. Pero no sucedía, no importaba cuánto lo intentara.
Justo cuando estaba a punto de rendirse, de soltar un grito de frustración, sintió una mano en su hombro, cálida y firme.