El corazón de Yu Mei latía con anticipación mientras se giraba hacia la entrada, esperando ver la alta y apuesta figura de Qiao Jun entrando en la habitación.
Sin embargo, el hombre que entró no era como ella había imaginado.
Corto, redondo y con gruesos anteojos, el hombre tenía una amplia sonrisa en su rostro.
Su vientre estiraba los botones de su cara camisa de vestir, y su marcha llevaba un aire de autoimportancia. La sonrisa de Yu Mei se congeló.
Una ola de confusión la invadió mientras se giraba hacia Cai Bao, esperando una explicación.
Cai Bao, sin embargo, se levantó con una expresión complacida.
—Yu Mei, este es Qiao Du, el hijo mayor de la cuarta rama de la familia Qiao —anunció orgullosamente.
—Es un nieto lejano mío.
El cuerpo entero de Yu Mei se tensó.
—¿Nieto lejano? —Su mente corría—. ¿Qué demonios está pasando? ¿Dónde está Qiao Jun?
Qiao Du avanzó, sus ojos recorriendo a Yu Mei con una expresión de aprobación.