Complacer a un Esposo

En la noche, Seren descansaba en los brazos de Drayce y habló—Ha pasado un tiempo desde que Oriana partió como Señora Ria a encontrarse con el Príncipe Arlan. Me pregunto cómo les irá.

—Mi Reina, ¿realmente te preocupa o solo buscas chismes? —preguntó Drayce.

—Umm, quizás ambas cosas —respondió ella.

Justo en ese momento, de repente, todas las lámparas se apagaron, haciendo que Seren se tensara—¿Qué es esto? Dray, no eres tú.

Drayce usó sus poderes y entonces todas las lámparas a su alrededor se encendieron—Fue Arlan.

—¿Hmm? ¿Por qué usó sus poderes de repente? ¿No están en el jardín de su mansión de invitados? —preguntó ella.

—Debe haber una necesidad. Mi Reina, ¿podrías concentrarte en mí en vez de en su asunto? Te aseguro que Oriana volverá sana y salva. Arlan no haría nada inapropiado con ella ni se aprovecharía de su situación. Él tiene límites morales —aseguró Drayce, sabiendo que el amor de su esposa por los chismes le estaba costando su atención.