Seren regresó al palacio con muchas preguntas en su mente. Decidió esperar a que Drayce llegara y luego hablar con él.
—Dray es un rey y tiene espías por todas partes. Estoy segura de que está al tanto del Príncipe Keiren y su esposa. Pero, ¿por qué Drayce no dijo nada al respecto? Necesito hablar con él.
En la noche, Drayce volvió con ella. Seren quería preguntarle inmediatamente, pero en vez de eso, se contuvo, se acercó a él y se aferró a su brazo.
—Pareces cansado. ¿Has ido a algún lugar?
—Estaba investigando algunos asuntos territoriales, los territorios que se fusionaron a nuestro reino por el rey anterior. Son en su mayoría pequeños reinos caídos que ahora son nuestros territorios, y los rebeldes están surgiendo allí.
—Eso debe ser mucho trabajo.
—Todo rey tiene que manejar tales situaciones; no es nada.
—Siéntate aquí —ella lo guió hacia la cama—, puedo darte un masaje en la cabeza.
Drayce rió entre dientes.
—¿Por qué estás tan atenta hoy?