Avistado

La voz envió escalofríos por la espina dorsal de Dominique y Hana, pero se negaron a rendirse. Dominique apretó su agarre en la mano de Hana, incitándola silenciosamente a mantenerse fuerte y seguir utilizando la Técnica del Mundo Oculto.

A medida que continuaban moviéndose, las chicas se encontraron al borde de un pequeño acantilado con vista a un río. El agua rugiente debajo de ellas parecía llamarlas, ofreciendo una posible ruta de escape. Dominique y Hana intercambiaron una mirada, y en ese momento, ambas supieron que tenían que aprovechar la oportunidad.

Con cuidado escalaron el acantilado, tratando de no hacer ningún ruido. Los intrusos seguían buscando, pero parecía que aún no se habían dado cuenta del cambio de ubicación de las chicas.