Mientras las chicas avanzaban, la oscuridad que las rodeaba parecía volverse más espesa, casi como una entidad viviente que buscaba sofocarlas. El aire estaba cargado con una atmósfera opresiva que amenazaba con aplastar sus espíritus, pero continuaron hacia adelante.
Sin embargo, Mira notó, ahora que estaban más cerca, que el aura maligna parecía fluir hacia el centro del bosque en lugar de en sentido contrario.
—Qué peculiar —pensó, pero no pudo encontrar una razón por la que esto sucediera y continuó avanzando, manteniendo esto en su mente.
Para entonces, la niebla que cubría el área era casi puramente venenosa. Nova y las otras chicas estaban metiendo pastillas en sus bocas como locas, haciendo todo lo posible para evitar ser corrompidas, pero no podrían mantener eso por mucho tiempo.
Al pisar algunos hongos, explotaron en una nube de esporas tóxicas, corrompiendo aún más el aire alrededor de ellas.