Su alma todavía estaba mayormente cubierta de oscuridad, justo como cuando había avanzado al Reino de Alma Naciente. Una pequeña colina de hielo llegaba al borde de la oscuridad, y una versión ilusoria e infantil de sí misma se sentaba sosteniendo una guadaña en esa colina.
La infante tenía los ojos cerrados como si estuviera durmiendo, pero enormes cantidades de energía eran bombeadas a través de su cuerpo en cada momento para sostener su existencia. La presencia de esta oscuridad, la colina de hielo, la tierra debajo de ella, y la infante dentro de su alma planteaban preguntas sobre la misma naturaleza de su ser.
Un alma es, en su núcleo, la esencia de la existencia de uno, tanto física como metafísica.
Es una visión objetiva de quién eres, no de quién tú o alguien más cree que eres. Al mismo tiempo, también es una visión hacia el destino de uno. Un destino que pueden controlar y no controlar.