En medio de la inmensa verdura de los Prados Resplandecientes, Mira se encontraba profundamente inmersa en sus empeños alquímicos. Rodeada por un mar de bestias cautivas y el ahora desconocido silencio de sus compañeros, pasaba su tiempo absorta en innumerables experimentos.
Cada prueba y fallo la acercaba un paso más a desentrañar los misterios del Néctar Celestial y su potencial aplicación en la manipulación de linajes. Utilizando a las bestias reunidas como sujetos, Mira continuamente intentaba fusionar diferentes linajes.
Uno de estos ensayos involucraba la sangre de una Ardilla de Llama y una Liebre de Hielo, dos criaturas diferentes con naturalezas opuestas. Después de purificar las Esencias de Sangre usando el Néctar Celestial, Mira intentó combinar los dos linajes. El resultado fue predeciblemente explosivo. La naturaleza conflictiva de los linajes hizo que la mezcla vibrara violentamente antes de estallar.