Combinación Perfecta

En el instante en que Serafina tragó la píldora, sintió un abrumador torrente de energía revolverse violentamente dentro de su cuerpo. La sensación no era diferente a estar atrapada en un torbellino torrencial, incapaz de respirar, incapaz de enfocarse, completamente y absolutamente a merced de las corrientes.

Su habitación, que había estado llena de una ligera fragancia medicinal, ahora se sentía presurizada, y un sabor casi metálico impregnaba el aire. A medida que su conciencia empezaba a desvanecerse, su cuerpo parecía doblarse sobre sí mismo, constriñendo cada parte de ella.

—¿Esto es lo que Mira quería decir con "peligroso"? —se preguntaba Serafina.