Tormenta

La tormenta que envolvía 'El Galeón del Norte' era como una entidad viviente, una bestia furiosa desatada sobre el mar. El trueno rugía arriba y los relámpagos crujían, golpeando el agua a su alrededor e iluminando la oscuridad. Olas enormes, como paredes gigantescas de agua, chocaban contra el barco, y cada impacto hacía que la embarcación se estrellara contra el agua.

El Capitán Jorvik estaba en el timón, pilotando el barco con los ojos entrecerrados y los puños apretados.

Sus manos experimentadas agarraban firmemente el timón mientras navegaba por las aguas tumultuosas.

—¡Manténla firme! —bramó Jorvik por encima del rugido del viento—. ¡Conserva el rumbo correcto!

—¡A la orden, Capitán! ¡Manteniéndola tan firme como se pueda! —respondió un marinero, empapado por la lluvia.

—¡Olas a estribor, Capitán! ¡Son enormes! —gritó otro marinero, asegurando las jarcias.

Jorvik echó un vistazo a las murallas de agua que se acercaban, con la mandíbula tensa.