Jiang Yuyan llevaba un aura real que mostraba que era la esposa de una persona real. Esta joven impresionaba no solo por lo que llevaba puesto, sino también por la actitud que mostraba, y esa mirada tranquila en sus ojos era intimidante, haciendo sentir a los demás que no era una mujer ordinaria. Observaron algo similar en Lu Qiang, y ahora su esposa era igual. Todos estaban sorprendidos ya que ella lucía confiada y no había ni un atisbo de tristeza que mostrara que esta mujer había perdido a su esposo hace apenas unos días.
Fu Jing se levantó de su asiento y fue a dar la bienvenida a Jiang Yuyan fingiendo ser amable, pero sus intenciones eran indicar que ella era solo una invitada que pronto pasaría, pero aquí es donde se equivocaba. Li Yong bajó del escenario y se unió a Fu Jing.
—Bienvenida, señora Lu. No sabíamos que iba a bendecir este lugar con su presencia. Por favor, tome asiento —saludó Fu Jing.