—Quede tranquilo jefe, tenemos una buena colección de cuchillos ya que usar cuchillos es mi pasatiempo. —Al decirlo, el mayordomo sacó un rollo de tela de color negro. Sosteniéndolo, lo dejó desenrollar, lo que se abrió en forma rectangular y mostró distintos tipos de cuchillos de cocina pegados en los bolsillos transparentes de esa tela negra.
—La jefa puede elegir el que prefiera —instruyó el mayordomo.
Estos dos parecían estar listos para despedazar un animal y los demás continuaban mirándolos en shock, sin saber cómo reaccionar.
A Yun Shen le asustó muchísimo ver lo en serio que estaban estos dos, sin olvidar esos cuchillos escalofriantes en los trapos negros. Yun Shen sabía lo cruel que podía ser el lado de San Zemin cuando Lu Qiang era el jefe, pero nunca pensó que su nueva jefa, la frágil mujer, era incluso más aterradora.