—Corta su lengua.
—¿Qué? —exclamó el hombre, quien era el conductor del camión, al escucharlo.
Jiang Yuyan ya le había dicho que cortaban la lengua si una persona mentía, pero él no lo tomó en serio. Yuyan le dio la oportunidad de cerrar la boca, pero su límite era hasta la cuenta de tres.
Dos hombres con rostros inexpresivos ya estaban presentes en la habitación, quienes parecían no tener emociones en ellos. Avanzaron hacia el hombre en la silla, y su fuerte constitución ya lo había asustado. Uno de los hombres trajo el cuchillo afilado del soporte, que tenía todo tipo de cuchillos únicos allí presentes.
Con los ojos llenos de miedo, el hombre exclamó:
—¿P-Por qué vienen hacia mí? Retrocedan...Ahhh...
Al momento siguiente el hombre gritó.