Su Decisión...

—¿Estás bien ahora? —preguntó Lu Feng mientras tomaba un vaso de agua de manos de Jiang Yuyan.

—Yo debería ser quien te pregunte eso —respondió Jiang Yuyan.

—Todavía no estoy tan débil como para afectarme tan fácilmente —comentó.

Hubo un silencio sepulcral por un momento, que Lu Feng rompió.

—Sé por qué lo hiciste, y en algún lugar tengo la culpa. Si hubiera sabido que harías esto, no habría evitado hablar contigo. Solo tenía miedo de que me pidieras que me fuera, y eso rompería mi corazón.

—Debería haber esperado por ti —replicó ella.

—Hmm! No escuches a mi madre, ella….

—Tu madre no se equivoca esta vez, pero no lo hice porque ella me lo pidiera. Lo hice por ti. Quiero que te liberes de todo y sigas tu propio camino. Si te quedas aquí, no podrás avanzar en la vida y yo sería la razón para retenerte, ya que siempre dejas todo atrás y corres a ayudarme. Solo deseaba verte donde mereces estar.