Comenzó A Expresar Ira...

El Anciano Lu y el Anciano Ming se encontraron afuera ya que los dos astutos ancianos habían planeado algo para sus nietos.

Era el parque de la ciudad, donde la mayoría de las personas mayores venían a pasar un tiempo tranquilo.

—¿Cómo salió? —preguntó el anciano Lu al sentarse en uno de los bancos bajo el árbol.

Sentado junto a su amigo, el anciano Ming respondió:

—Creo que nuestro plan fue perfecto.

—Podemos intentar hasta cierto punto, pero al final depende de ellos, y no podemos forzarlos —comentó el anciano Lu.

—Por lo que sé de Rusheng, creo que Lian es la mejor chica para él, y a él le gustará.

—Pero no estoy seguro sobre mi nieta —contrarrestó el anciano Lu.

—Si a Rusheng realmente le gustara ella, él logrará que ella también le guste —aseguró el anciano Ming.

El anciano Lu suspiró:

—Puedo entender a mis nietos, pero entender a la mujer no es posible. Mi nieta salió a su abuela, silenciosa, elegante, pero si alguien la enoja, sabe cómo mostrarles su lugar.