Diciendo la verdad...

—Pedirle a una persona cómo está puede ser mejor que pasar noches cuidándola sin que lo sepa —dijo Lu Feng mientras se preparaba para salir.

No sorprendió a Lu Lijun que Lu Feng supiera que iba al hospital todas las noches, pero no sabía cómo explicarse y se quedó callado.

—Ven conmigo —instruyó Lu Feng, y Lu Lijun siguió a su hermano.

Cuando Lu Feng giró hacia la escalera del segundo piso, Lu Lijun se detuvo. —Hermano mayor…

—Sigue caminando —instruyó Lu Feng con una voz tan autoritaria que Lu Lijun no se atrevió a decirle que no.

Llegaron a la habitación de Jiang Yuyan, donde Jiang Yang estaba parado frente a la puerta, escuchando lo que sucedía adentro mientras sonreía y disfrutaba.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Lu Feng.

—¡Shh! Mi mamá está a punto de explotar. Déjame escuchar —dijo Jiang Yang, y los otros dos también esperaron.

——En la habitación de Jiang Yuyan...