No tengo tiempo para preocuparme por nadie...

El encargado colocó el vestido de Lu Lian en la silla, el cual estaba bien doblado y planchado.

—La ropa está lista. La señorita Lu puede unirse al desayuno después de alistarse —informó el encargado.

Ocupada en sus pensamientos, Lu Lian asintió levemente y el encargado se fue.

Lu Lian se arregló y se preparó para salir. Todo el tiempo, pensaba en por qué él no le había informado antes de irse. ¿Había algo importante que lo obligó a irse? Se sentía preocupada por él y deseaba regresar pronto para poder encontrarse con él.

Lu Lian fue a ver al señor Wong, quien la esperaba en la mesa del desayuno.

—Buenos días, señorita Lu —la saludó el señor Wong, sentado en la mesa de diseño tradicional.

Lu Lian sonrió levemente para saludarlo:

—Buenos días, señor Wong.

El señor Wong no dejó de notar la decepción dentro de ella, y podía entender la razón.

«Ese joven insensato se fue sin informar a nadie. Al menos debería haber llevado a su mujer con él. Pobre chica», pensó el señor Wong.